Había una vez una pequeña aldea perdida en medio de las montañas en la que solo vivía un hombre ciego. Sin embargo, llevaba una lampara encendida con el cada vez que salía de noche. Una de esas noches, cuando volvía a su casa después de un paseo, se encontró con un grupo de jóvenes viajeros. Vieron que era ciego, pero que llevaba una lampara encendida y comenzaron a hacer todo tipo de comentarios burlones.
"¡Oye viejo!
Si eres ciego, ¿por que llevas esa ridícula lampara?" le pregunto uno de ellos.
"Si soy ciego, pero llevo la lampara para la gente que como vosotros tenéis la suerte de poder ver. De esta forma podéis verme llegar y no perderos en la oscuridad" contesto sin inmutarse.
El grupo de viajeros se sintió avergonzado y se disculpo por su comportamiento.
Esta historia nos enseña que debemos pensar antes de juzgar a los demás. Se cortes siempre y aprende a ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona
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