Digan lo que quieran los ricos viciosos y los holgazanes incorregibles el trabajo agradable y útil resulta todavía la mejor de las distracciones.
¡Santa fatiga el trabajo!, tu nos traes el sueño reparador único consuelo del pobre, del perseguido y del postergado.
Lo mas triste de la vejez es no tener un mañana. Debemos, sin embargo los viejos reaccionar contra ese sentimiento no dejándole ascender de nuestro corazón a nuestro cerebro. Si eres labrador pídele a Dios que te sorprenda la muerte plantando un árbol, si eres escritor pídele que la implacable te fulmine con la pluma vibrante.
Al modo que las hojas del árbol, todas nuestras empresas e iniciativas ofrecen dos caras: una brillante e intensamente colorida, orientada hacia el cielo; otra, de tono apagado, orientada hacia la tierra. Nuestros amigos complácense, en contemplar la superficie bañada por la luz; nuestros enemigos, al contrario, miran la dirigida hacia el suelo y en fin, los indiferentes cuando no examinan la hoja de canto, pasan cerca del árbol sin dignarse a reparar en su follaje.
La virtud y el talento se allanan, a veces, a convivir en una misma cabeza; pero a veces son vecinos tan intratables que prefieren alojarse en cabezas diferentes.
Nos desdeñamos u odiamos porque no nos comprendemos, y no nos comprendemos porque no nos tomamos el trabajo de estudiarnos.
En lo físico como en lo mental, la actividad mas meritoria consiste en esculpir o cincelar, no en modelar ni vaciar.
Resignémonos a marchar humildemente detrás de los sabios, para poder marchar algún día en su compañía.
Suele crecer la planta según la dimensión de la maceta. El talento aldeano confinado en su rincón difícilmente alcanzara pleno florecimiento.
El éxito justificado es talismán por cuya virtud se alcanza la mas piadosa y humana de las venganzas: convertir en amigos mas o menos sinceros, a los que fueron sañudos adversarios.
Pensamientos de Santiago Ramon y Cajal
No hay comentarios:
Publicar un comentario