Una tacita de amistad.
Dos tacitas llenas de comprensión.
Una tacita de paciencia.
Una tacita de humildad.
Un vaso grande rebosante de alegría.
Una copita de buen humor.
Una cucharada de levadura de personalidad cristiana.
MODO DE PREPARARLO:
Mida las palabras cuidadosamente.
Añada la comprensión, la humildad, la paciencia y mézclelo todo con sumo cuidado.
A fuego lento, sin que llegue a hervir.....
Sazónelo con con alegría, buen humor y personalidad cristiana.
Sírvalo en porciones abundantes y siempre con mucho amor.
No deje que se enfríe: la temperatura ideal es la del corazón.
Esta receta nunca falla. Si a alguien no le gusta, es porque tiene el paladar estragado y
necesita consultar cuanto antes a un médico : Jesucristo.
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