La verdadera base de la educación es la habilidad de cooperar con los demás y se logra sólo con dulzura y amor al prójimo.
Quien devuelve rosas cuando recibe espinas; cicatriza las heridas de su alma.
Quien combate la ira con suavidad, poco a poco apagará la llama de la violencia.
Quien es optimista ve sólo el lado bueno de las cosas.
Si cerramos la mano, el mundo se cerrará como un puño para nosotros.
Si queremos que el mundo se nos abra, abramos primero nuestra mano. Juguemos a dar, no hay juego más gratificante.
El amor es el ala que Dios le ha dado al hombre para volar hasta Él.
De la vida recibimos lo que damos, jamás perderemos lo que damos en la vida.
El egoísmo nos conduce a la soledad; la soledad, a la amargura, la amargura, a la desesperación.
El amor, en cambio nos conduce a la convivencia, la convivencia a la fecundidad,
la fecundidad; a la alegría.
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