Gozad lo que poseaís y esperad lo que
os falte.
Todo es grande en el templo del favor, escepto
las puertas, que son tan bajas; que es preciso
entrar por ellas arrastrándose.
Ceneralmente los mismos defectos que han elevado a algunos hombres a una brillante
fortuna, los hacen descender de ella.
Si el hipócrita no hace el mal, es solo por
impotencia; pero cuando se le presenta la ocasión, rara vez la deja escapar.
Es necesario amar y practicar la obediencia,
para saber mandar mejor.
El ignorante cree que es nuevo para los demás lo que él acaba de aprender, y por eso
adopta un tono dogmático para hablar; por el
contrario el que sabe mucho, apenas se persuade de que dice pueda ser ignorado, y
esto hace que hable con más indiferencia y
naturalidad.
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