Un sabio conoce luego al ignorante porque él lo ha sido antes; pero un ignorante no puede
juzgar de un sabio por no haberlo sido nunca .
Nadie se basta á si mismo.
Si queremos vivir tranquilos debemos acostumbrarnos á sufrir con serenidad las injurias.
Distinguís una paja en el ojo de nuestro hermano; y no notaís una viga en el vuestro.
Acostumbraos á no juzgar nunca, solo por las
apariencias.
La ley debe ser como la muerte que no perdona á nadie.
No hay mejor amigo que un libro.
El malvado huye, sin que le persiga nadie.
La desgracia en lugar de degradar al hombre lo eleva si no es cobarde.
El insensato se imagina siempre que los demas carecen de razón.
Tratar de corregir á un loco, es querer volver á juntar los pedazos de una basíja rota.
Amando la lectura es como se cambian por
horas deliciosas las de fastidio que deben
esperimentarse en la vida.
Los malvados son como las moscas que recorren el cuerpo del hombre y solo se detienen en las llagas.
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