El tiempo destruye el error y pule la verdad.
El fruto del trabajo es el mas dulce de todos los placeres.
El perfecto valor consiste en hacer sin testigos lo que haríamos delante de todo el mundo.
El amor propio es necesario; la vanidad es por lo menos inútil: del orgullo no debe esperarse mas que vicios.
Pocas personas saben ser viejas.
El secreto de la felicidad está en tener una mente compleja y unos gustos sencillos.
La satisfacción que se saca de las venganzas dura un momento; la que produce la clemencia, es eterna.
Sucede con los placeres lo que con los relojes, los menos complicados son los mas duraderos.
No hables de tu ventura a un hombre menos dichoso que tu.
Nunca es uno tan desgraciado ni tan feliz como se imagina.
Seriamos felices sino nos propusiéramos serlo mas.
No vemos las cosas como son...vemos las cosas como somos nosotros.
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