De vez en cuando, aunque te inquiete y no sepas muy bien qué responderte, pregúntate por qué y para qué vives.
Ayuda a dar sentido a tu existencia y te permite establecer la dirección de tus comportamientos, además de ejercitar tu
"inteligencia existencial"
Si estableces objetivos que tiren de ti y te motiven, te sentirás más impulsado a la acción, a la creación, a la solución de los
problemas, y al mismo tiempo ahuyentarás la rutina y el hastío que siempre amenazan nuestra existencia con el paso del tiempo.
Mantener un cierto orden en casa, en el coche, en nuestra habitación y en la agenda
contribuye también a mantener la armonía en
nuestros sentimientos y en nuestras ideas.
El orden es siempre fuente de bienestar y un
recurso para templar el espíritu.
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