La verdadera ciencia de la vida consiste en aprovechar al máximo el día presente, el día de hoy, olvidando el pasado y dejando en paz el futuro.
Hay personas que cargan sus débiles hombros
tres sacos a la vez: un saco pequeño, fácil de
llevar, es el saco de penas, trabajos y alegrías
de un solo día, el día de hoy.
Un segundo saco pesado, y abrumador, el del pasado: son esas gentes que vuelven y vuelven a recordar las penas pasadas, los fracasos que tuvieron, las heridas que sufrieron.
Se empeñan en rascar las heridas y así siempre están sangrando y nunca se curan.
I todavía se empeñan en llevar un tercer saco
saco muy pesado, el del futuro.
Son las que miran al mañana con miedo, esperando siempre lo peor.
Llevar hoy la carga de mañana unida a la de
ayer, hace vacilar y tambalear al más fuerte,
pero nadie nos manda vivir así.
Nadie nos manda llevar al mismo tiempo los
tres sacos.
El Señor de la vida hizo las cosas mas sencillas y nos dijo: Bástale a cada día su afán:
El creó el día para trabajar, luchar y esforzarnos y creó la noche para dormir,
descansar y olvidar.
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