Las palabras son como las hojas, cuanto más abundantes son, menos frutos se encuentran entre ellas.
No somos responsables de la cara que tenemos, pero sí de la que ponemos.
Cuando rezamos es mejor tener un corazón sin palabras, que unas palabras sin corazón.
El hombre que vive sin reflexionar, se parece
al cazador que dispara sin apuntar.
Es mejor exponerse a perdonar a un culpable que exponerse a condenar a un inocente.
Señor no te pido que me quites la cruz, sino que me enseñes a llevarla con alegría.
Para instruir es suficiente un libro, para educar es necesario un buen educador.
El valor de un hombre se mide por las cosas
que hace, no por las que acumula,
Dios nos invita con frecuencia, lo malo es que nos encuentra siempre fuera de casa.
Eres necio si callas cuando tienes que hablar,
y hablas cuando tienes que callar.
No digas todo lo que sepas, lo importante es
que sepas todo lo que dices.
Una palabra dulce multiplica los amigos; que
sean muchos tus amigos, pero uno entre mil
tu consejero.
Un amigo fiel no tiene precio, es apoyo seguro; el que lo encuentra, encuentra un tesoro.
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