Si puedes aprender a leer, también puedes aprender a conseguir aquello que deseas.
Es mejor proponerse retos pequeños e írlos
consiguiendo.
Es recomendable tener un objetivo que vaya
más allá de nosotros mismos.
Tu cerebro sólo se pone en marcha si tiene
claro que hay algo útil que hacer.
Visualiza lo que quieres con olores, sonidos,
sabores y sensaciones.
Cuanto más real te imagines tu objetivo, más
motivado estarás.
Hay que fijarse en lo positivo de la vida y
convertirlo en un hábito.
Siendo positivos, aprendemos más y tomamos
mejores decisiones.
Las personas vitales y optimistas resultan más
atractivas.
Es importante saber cómo lo que quieres puede afectar a otras áreas de tu vida.
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