PENSAMIENTOS
No pierdas tu equilibrio interior.
Por grande que sea la tempestad en que te
encuentres, no pierdas tu equilibrio.
Todas las tempestades pasan.
Cuando las recibimos con tranquilidad, no nos hacen ningún mal.
Jesús dormía dentro de la barca...
Cuando los discípulos, agitados, lo llamaron,
todo quedó en calma.
Haz lo mismo.
Recurre al Maestro divino, para calmar las
tempestades cuando lleguen.
Olvídate un poco de ti mismo y piensa en los
demás.
En estas pocas palabras se esconde el mayor
secreto de felicidad.
Cuando nos preocupamos demasiado de nosotros mismos, nuestros problemas crecen
desmesuradamente.
Pero cuando nos olvidamos un poco de nosotros para cuidar a los demás nos olvidamos de nuestros problemas, que se van
resolviendo solos.
Entonces, olvídate de ti y piensa en los demás,
y serás feliz.
¡No tengas miedo!
¿Qué habría que temer?
Nuestra vida es eterna, nuestro yo, o sea nuestro espíritu, no muere nunca.
La vida continúa eternamente.
Trata de sentir a Dios que palpita dentro de
ti, en la vida que pasa por tu corazón, en los pensamientos que están en tu cerebro.
No tengas miedo, porque Dios vive siempre en
ti.
Sigue tranquilo y confiado tu camino, y Dios
se te mostrará en todo.
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