La consulta
Dos guardas de un coto embargaron la borrica de un aldeano, que después de haberle tirado por tierra se había escapado al soto.
El pobre hombre se fue a consultar el asunto con un abogado de Londres; pero hallándose
ausente, dijo su mujer al aldeano:
Amigo mio, mi marido no está; pero referirme
vuestro asunto, y veré si puedo aconsejaros algo.-
Señora, responde el aldeano, es un negocio
bien sencillo, y os lo diré:
Supongamos que vos sois la borrica; yo os
ensillo, y tomo el estribo; después me tiráis
a tierra y os escapáis al coto:
¿seré yo responsable de que seáis falsa y
retozona?
Explicación de un sueño
Rodando la conversación en una tertulia sobre
diferentes materias, llegó a tratarse de los sueños, y un caballero dijo, que en la noche
anterior había soñado con los piojos.-
Eso no es entraño, contestó el gracioso
Bannister; pues ordinariamente se sueña por
la noche con lo que ha pasado por la cabeza
de día.
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