PENSAMIENTOS
¡Nunca te irrites!
Si el transporte en que te mueves se demora en llegar, ten paciencia.
Si el vecino te es molesto, sopórtalo.
Tus rabias no van a mejorar la situación y a
cambio, recibes una úlcera.
La rabia nos hace sufrir más a nosotros que a los demás, mientras que la paciencia es un
bálsamo, siempre listo a dar alivio a las heridas propias o ajenas.
Haz de la lectura una costumbre cotidiana.
Acostúmbrate a tener siempre a mano un buen libro, y verás cómo es tu mejor amigo, que
te hablará sólo cuando tú quieras.
Selecciona libros interesantes, instructivos y sanos.
Así como el cuerpo, el alma también necesita
alimentarse.
Que la costumbre de leer se te haga tan
indispensable como respirar.
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