PENSAMIENTOS
Cuando converses con alguien, no olvides que
el diálogo supone alternancia en el uso de la
palabra; cédele el turno oportunamente al resto de interlocutores, para que todos puedan exponer cuanto piensan.
Si es otro el que está hablando, escúchalo con atención y no lo interrumpas, ya tendrás
tiempo después de pedir la palabra para corregir, matizar, corroborar o contradecir lo expuesto por tu interlocutor.
No monopolices el diálogo, no agotes el tema
ni cambies de asunto sin dar a los otros la
oportunidad de intervenir y hacer su aportación.
Ten siempre el máximo respeto hacia tu interlocutor.
Nada- ni tus palabras ni tus gestos, ni tus silencios ni tus miradas, ni tu volumen ni tu
tono de voz- debe descalificarlo.
Aunque sepas a ciencia cierta que está equivocado, no le fuerces a aceptar tu punto
de vista, no lo avasalles ni le niegues su derecho a percibir la realidad como la percibe.
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