PENSAMIENTOS
Vive tu vida con confianza en Dios, pero no olvides que la fe no te exime de ninguna de
tus responsabilidades como ser humano.
No esperes que Dios haga por ti lo que tú
puedes hacer.
No dejes de accionar el freno de mano de tu
vehículo cuando lo aparques: Dios no lo hará
por ti.
Sé tu propio auriga: roma las riendas de tu
vida y no permitas que sean otros los que
guíen tu cuadriga.
No permitas que te pueda tu temperamento,
o
tu antipatía te venza: no te dejes absorber por
el trabajo ni dominar por las preocupaciones;
no te dejes arrastrar por tus aficiones ni dejar llevar por tus apetencias, no te dejes embaucar por el desánimo ni arrebatar por la pasión.
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