PENSAMIENTOS
Si sometes tus acciones al temor del qué dirán, si te dejas angustiar por el comentario,
la mirada de aprobación o de rechazo de los
demás, corres el riesgo de no hacer nunca nada.
Mejor haz lo que creas que tienes que hacer;
comprobarás que la mayor parte de las veces no dirán nada y te dejarán hacer.
No grites. Si necesitas gritar para hacerte oír es porque tus argumentos son débiles para
convencer, tanto que necesitas hacer uso de la
fuerza y vencer por medio de la violencia.
Gritando puedes asustar al otro, enojarlo, ofenderlo, provocarle....nunca convencerlo.
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