PENSAMIENTOS
El miedo al "qué dirán" mutila, por completo, el comportamiento del hombre.
Así, la personalidad queda mutilada ante un simple:
"¿qué dirán?"
La libertad sólo se aprecia en la cárcel.
La inocencia que habitaba en nosotros no ha muerto.
A veces vive arrinconada, olvidada, aparcada,
cubierta de cenizas, barro, polvo, gotas de sangre, enferma; pero existe.
Soplemos esas cenizas, limpiemos ese barro, sacudamos ese polvo, curemos esas heridas,
atajemos esa enfermedad... Y esa inocencia resucitará.
El niño es como el alba, el amanecer.
La juventud es como el mediodía, sol vertical.
La ancianidad es como el atardecer, puesta del sol.
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