PENSAMIENTOS
Evita que la maldad crezca o se desarrolle a tu alrededor: no prestes oídos a rumores, infundios, bulos, chismes y cotilleos, ni uses tu lengua para extenderlos; no detengas tu mirada sobre las desgracias o las verguenzas de los demás más tiempo del que emplees en ayudarles ni te regodees en sus debilidades.
Y no extiendas lo que oyes y lo que ves con tu palabra, no pregones a los cuatro vientos lo que sabes o crees saber de los demás.
Sé prudente, discreto, respetuoso, bondadoso y y bien pensado.
Si renuncias a medir a los demás según tus propios patrones, si rechazas criticarlos por todo lo que hacen, si dejas de señalar
constantemente sus errores y defectos, estarás preparando el terreno para sembrar el bien.
Si, además, comienzas a fijarte en lo positivo,
amable y hermoso de los demás, por imperceptible que te parezca al principio, si les manifiestas con sinceridad cada detalle que valoras en ellos, estarás haciendo crecer el bien, harás que la bondad se multiplique hasta el infinito.
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