PENSAMIENTOS
Desde siempre supe que seríamos amigos:
no sólo porque podemos hablar de todo, sino porque sabemos callar juntods.
En la hora de la tristeza los ojos de los hombres se vuelven hacia los amigos;
¿y qué deseamos en la hora de la alegría y el festejo? Un amigo. Porque, cuando el corazón reboza de gratitud o de otro sentimiento dulce y sagrado, la palabra que pronuncia es amigo.
El maestro dijo:
Cuando os reunáis con vuestro amigo a la vera del camino o en el mercado. (...) que la voz que mora en vuestra voz hable al oído de su oído; porque si así lo hacéis, el alma de vuestro amigo conservará la verdad de vuestro corazón, como se recuerda el sabor del vino cuando ya se ha olvidado el color del vino, y cuando la jarra que lo contenía ya no existe.
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