Protégeme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños.
Nuestros miedos no evitan la muerte, frenan la vida.
Muchas personas creen que tener talento es una suerte.
Pocas sin embargo piensan que la suerte puede ser cuestión de talento.
(Cuando el camino tiene corazón aunque el destino sea incierto cada paso tiene sentido.
Porque sabemos que somos fieles a lo que podemos llegar a ser para ponerlo al servicio de los demás).
El comienzo de la sabiduría es el silencio.
Dijo el discípulo al maestro me siento desanimado, ¿que puedo hacer para recuperar el animo?
y el maestro le respondió amar a los demás.
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