PENSAMIENTOS
La razón de que la preocupación mate a más gente que el trabajo es que hay más gente que se preocupa que gente que trabaja.
La tristeza es un don del cielo; el pesimismo es una enfermedad del espíritu.
La conciencia culpable hace cobardes a los hombres.
Lo infinitamente pequeño tiene un orgullo
infinitamente grande.
El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea para reparar el daño.
La tragedia deleita porque trae una sombra de placer que existe en el dolor.
El lujo de ser mejores que los demás hay que pagarlo: la sociedad exige un tributo que ha de pagarse en tiras de pellejo.
No podemos tenerlo todo. ¿Dónde lo guardaríamos?
Quien con prespicacia declara su limitación se halla muy cerca de la perfección.
Los espíritus desenfrenados aspiran inútilmente a lograr la máxima perfección.
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