buscando algo en la calle delante de su choza.
Todos se acercaron a la anciana para preguntarle qué estaba buscando.
"He perdido mi aguja", les respondió.
Y todo el pueblo se puso a ayudarla a encontrar aquel diminuto objeto. Al cabo de un rato, alguien le dijo: "Rabiya, la calle es muy amplia y la aguja es algo muy pequeño.
¿Dónde se te cayó exactamente?". Y la mujer contestó: "Dentro de mi casa" Todos se miraron con cara de sorpresa y exclamaron:
"¿Y por qué la buscas aquí fuera?"
Rabiya les miró y respondió: "Porque aquí hay luz y dentro de mi choza, no".
Los vecinos pensaron que la anciana se había vuelto loca y le propusieron delicadamente buscar la aguja dentro de la casa.
"¡Sois tan inteligentes para solucionar las cosas pequeñas...,"
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