Un hombre cayó en un pozo y no podía salir de allí.
Una persona sentimental le vio y se dijo:
-"Lo siento, no puedo hacer nada"
Una persona muy objetiva, observando al caído,
exclamó:
-"Lo estaba pensando alguien tenía que caer en este pozo"
Un fariseo sentenció: -"Una persona más que cae en el pozo"
Un periodista pensó en seguida:-"Ya tengo tema para escribir para el diario"
Un discípulo de Confucio, de la Antigua China (siglo VI a.C) exclamó:
-"Si me hubieras escuchado, no estarías ahora
en ese pozo"
Un discípulo de Buda, de la Antigua China, le indicó al de abajo:
-"Ese pozo donde estás, es solamente un estado de tu espíritu"
Un observador realista le indicó: "Eso es de hecho un pozo"....
Un fiscal le preguntó si pagaba impuestos por el pozo.
Un inspector de Hacienda le preguntó si tenía licencia para abrir pozos
.
Un indiferente pasó, vio y siguió su camino,
ignorando el asunto.
Un chulo exclamó: "-Ese pozo no es nada,
¡habrías de ver el mio!
Un psicólogo aconsejó:
"Todo lo que tienes que hacer es convencerte
de que no estás en ningún pozo.
Un optimista le indicó: "La cosa podía haber sido peor"
Un pesimista le recalcó: -"Quiera Dios que la cosa no vaya a peor"
Por fin, llego el Buen Samaritano, viendo al hombre, le extendió la mano, levantó al hundido y logró sacarlo del pozo.
Y Jesús de Nazaret nos dice:
"Vete y haz tú lo mismo"
Versión moderna de la parábola del buen samaritano
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