Poca carne, poco plato, mucho trato, mucha suela de zapato y continua ocupación.
Salir al campo algún rato, usar de pocos remedios y no apurarse por nada.
La felicidad depende de fijar la mente en las
cosas agradables y luego compartirlas con los demás.
Para que la mente fabrique felicidad, ha de estar libre de celos, envidias necedades, vanidades y mezquindades.
Si estas trabajando sigue trabajando y ocupándote de tus asuntos.
Así el ánimo volverá a ti y alcanzarás la felicidad.
Haz una lista de todas las cosas buenas que posees y verás cuántas son.
Así te sentirás feliz.
No malgastes tus energías vitales en lamentos,
rencores, envidias y celos.
Aumenta tu alma con todo lo bello, agradable
y sublime de la existencia.
Ama el lugar donde estás, las personas con quienes tratas y el trabajo que haces y serás
inmensamente feliz.
La felicidad no consiste en tener lo que uno quiere sino en querer lo que uno tiene.
La puerta de la felicidad se abre con la llave
de la paz interior.
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