Niégate a permitir que los obstáculos consuman y disipen la calidad de tu atención en el momento presente.
Acepta el momento tal como es y siembra semillas de pensamientos de felicidad, seguridad, fortaleza y serenidad para recoger frutos en el futuro de tus deseos más profundos y apreciados.
Sé pródigo en dar tu amistad a los que te rodean.
Sé generoso en tu alabanza sincera y en tu aprecio profundo. Así hallarás la felicidad.
No te retires nunca de la realidad de la vida.
Sal de la cárcel de tu propio yo e interésate por todo lo que te rodea.
La apariencia de las cosas no es la verdad última.
Detrás de todas las circunstancias negativas se esconde el bien aunque no seamos capaces de verlo al principio. Tiene que estar ahí porque Dios siempre está ahí.
La verdad suprema es siempre el bien y la
felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario