La lectura es para la mente, lo que el ejercicio es para el cuerpo.
La peor de las enfermedades hoy día no es la
lepra ni la tuberculosis sino el sentimiento de verse indeseados, de no ser amados, de sentirse abandonados de todos.
Yo sigo pensando que el mayor de los sufrimientos es el de sentirse solos, indeseados,
no amados no tener a nadie, haber olvidado que es el contacto humano, el amor humano,
qué es ser queridos, amados pertenecer a algún grupo humano.
El espíritu de sacrificio será siempre la sal de nuestra sociedad.
En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que
hayamos puesto en nuestro trabajo.
Este amor debe resultar del sacrificio de si mismos y ha de sentirse hasta que haga daño.
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