No hay mujer más inteligente que la que sabe
darse a respetar.
No hay mujer más bella que la que tiene un gran corazón.
No hay mujer más fuerte que la que cree en sí misma.
No hay mujer más admirable que la que tiene
dignidad.
No hay mujer más sana que la que realmente se conoce.
No hay mujer más feliz que la que se sabe valorar.
El corazón de la mujer es como un circo...
siempre hay un espacio para un payaso.
Despreciando las ansias irracionales de la muchedunbre y despreciando también la cultura retórica. Epicuro señala que:...toda cultura que no contribuye a la tranquilidad del alma, ni procure consuelo o placer es inútil.
Si dejas salir tus miedos, tendrás más tiempo para vivir tus sueños.
En mi juventud concebí el proyecto, tan atrevido como difícil, de llegar a una perfección moral. Deseaba vivir, sin cometer jamás una falta, y vencer todas aquellas a las que pudiesen arrastrarme una inclinación natural, la costumbre o la sociedad.
El arte para vivir mucho: vivir bien. Dos cosas
acaban rápidamente con la vida: la necedad y
el vicio. Unos perdieron la vida por no saberla guardar y otros por no querer hacerlo.
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