Primero, amo; porque la vida sin amor no vale nada, escribe mi bien y recordado amigo.
La justicia sin amor... te hace duro.
La inteligencia sin amor...te hace cruel.
La amabilidad sin amor... te hace hipócrita.
Una idea por buena que sea sin amor...puede hacerte fanático.
El deber sin amor...te hace malhumorado.
La cultura sin amor... te hace distante.
El orden sin amor... te hace complicado.
La agudeza sin amor...te hace agresivo.
El honor sin amor...te hace arrogante.
El apostolado sin amor...te hace extraño.
La amistad sin amor... te hace interesado.
El poseer sin amor... te hace avaricioso.
La responsabilidad sin amor...sin amor te hace implacable.
El trabajo sin amor... te hace esclavo.
La ambición sin amor...te hace injusto.
Francois Mauriac, el genial literato que consiguió un merecido premio Nobel de Literatura, escribia: "Si vosotros no ardéis de amor, habrá mucha gente que se muera de frío."
San Juan de la Cruz, nuestro gran místico abulense, escribió desde su fría y olvidada celda:
"Al atardecer de nuestra vida...se nos juzgará sobre el amor"
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