Hay quien cree que la vida
debería ser perfecta y exenta de preocupaciones.
Esta convicción sólo lleva a
aumentar todavía más el estrés cuando la realidad no se corresponde con las propias expectativas. Tómate la vida tal como es.
Acepta sus altibajos con gracia y sentido del humor.
El estres esta en el ojo del que lo comtempla, cambiando tu manera de ver las cosas, puedes aliviar tu tensión, aun cuando las
circunstancias externas no cambien.
No falta quien piensa que cada cual debe
resolver sus propias dificultades por si solo.
Pero si tu sabes lo que puedes necesitar de los demás y tienes el valor de pedirlo, sufrirás menos estrés.
Procurando comprenderte y compadecerte de ti
mismo tus preocupaciones disminuirán.
No importa quien esté de tu parte, tú siempre
puedes estarlo.
Empeñarse en complace siempre a todos garantiza el estres.
Es posible respetar y amar a los demás sin hacer depender tu vida de ellos.
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