Un buen día, un mono, que jamás había salido
de la selva en la que vivia y no conocia más animales que los de su alrededor, decidió salir
a pasear y llegó hasta un rio.
Se quedó asombrado, ya que nunca habia visto tanta agua corriendo por un cauce.Hiprotizado
no movio los ojos del rio hasta que un pez lo
sobresaltó. Como nunca antes había visto a un animal respirando bajo el agua, creyó que se trataba de una extrañisima especie que había caido al agua y que se estaba ahogando
Así, no dudó ni un instante y se puso a correr
paralelamente al río, siguiendo al bicho que se ahogaba.
En cuanto tuvo oportunidad se subio a un tronco que cruzaba el rio y logro atrapar al pez y rescatarlo del agua.
Una jirafa que pasaba por alli, le preguntó:
¿Que estas haciendo, mono?. ¿No lo ves?
Estoy salvando a este pobre bicho de moir ahogado respondió.
Evidentemente, el pez ya no era pez sino pescado y la salvación del mono le habia provocado la muerte.
Esta historia nos enseña que, antes de actuar,
deberiamos valorar las consecuencias de nuestras acciones, aunque esten hechas con la mejor voluntad. Es necesario respetar que cada uno vive según las reglas de su propia
naturaleza, por lo que no siempre lo más correcto es intervenir.
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