Tu que eres profesor o maestro, procura modelar a tus alumnos con el ejemplo.
El ejemplo vale más que las palabras.
Ten paciencia, responde de corazón a todas las preguntas, porque los alumnos son muy
receptivos y quieren aprender.
Da todo lo que tengas, y entregate a tu profesion como a un sublime sacerdocio, y tendras la alegria de ver a una pleyade de
jovenes dedicados al bien de los demás, formados por ti.
Tu abuelo, que tienes la felicidad de ver a tus
nietos tan encantadores, fijate como te miran sin levantar sus ojos, viendote como ejemplo
y modelo de lo que dices y haces.
Narrales historias bellas, con su moraleja, y despierta en sus espiritus infantiles el amor a la virtud y al trabajo.
Pero sobre todo, dales la leccion más grande
para sus vidas: tu propio ejemplo de trabajo y
honradez.
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