OCUPATE DE TUS PROPIOS ASUNTOS

Presta atención únicamente a tus verdaderas 
preocupaciones y da por sentado que lo que pertenece a los demás es asunto suyo y no tuyo.
Si obras así, seras impermeable a la coacción y
nadie te podrá retener.
Seras autenticamente libre y eficaz, pues darás buen uso a tus esfuerzos en lugar de malgastarlos
criticando u oponiendote a los demás.
Las cosas, por si mismas, no nos hacen daño ni nos ponen trabas.
Tampoco las demás personas. La forma en que 
veamos las cosas es otro asunto.
Son nuestras actitudes y reacciones las que nos
causan problemas.
Si lo que sentimos acerca de las cosas es lo que nos atormenta es absurdo culpar a los demás.
Cuando algo acontece, lo único que esta en tu
mano es la actitud que  al  respecto, tanto puedes
aceptarlo como tomarlo a mal.
Lo que en en verdad nos espanta y desalienta no son los acontecimientos exteriores por si mismos,
sino la manera en que pensamos acerca de ellos.
No son las cosas lo que nos trastorna, sino nuestra interpretación de su significado. 

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