La esencia de la fidelidad reside ante todo en
sostener opiniones y actitudes correctas con respeto a lo absoluto. Recuerda que el orden divino es inteligente y fundamentalmente bueno.
La vida no es una serie de episodios fortuitos y sin
sentido, sino un todo ordenado y elegante que
obedece a leyes en el fondo comprensibles.
La fidelidad no es creencia a ciegas; consiste en
practicar con constancia el principio de rehuir las
cosas que no estan bajo nuestro control,dejando
que se resuelvan de acuerdo con el sistema natural
de responsabilidades.
Deja de intentar anticiparte o controlar los
acontecimientos. Aceptalos, en cambio,con gracia
e inteligencia.
Es imposible mantenerse fiel a un proposito ordenado si tiendes a imaginarte que las cosas que
escapan a tu poder son inherentemente buenas o
malas. Cuando esto sucede,se establece sin mas el
habito de culpar a los factores externos por nuestra suerte en la vida, y nos perdemos en una
espiral negativa de envidia, discordia,digusto,ira y
reproche. Pues por naturaleza todas las criaturas
rechazan las cosas que les haran daño y buscan y
admiran las que parecen buenas y provechosas.
El segundo aspecto de la fidelidad es la importancia de observar prudentemente las costumbres de nuestra familia, nuestro pais y nuestra comunidad local.
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