Dos monjes de un monasterio tibetano recibieron el encargo de su maestro de ir a comprar los
alimentos del mes a un pueblo lejano. Fueron, los
adquirieron y cuando estaban regresando,toparon
con un anciano que les interpelo. "¿Como es que
seguis este camino? ¿Es que no sabeis que esta lleno de bandidos que os atracaran y os robaran
todo lo que llevais? Hacedme caso, coged el sendero de la derecha y viajareis mas seguros.
Los dos monjes asi lo hicieron y, sin embargo, fueron asaltados y perdieron todos los viveres. Al
llegar,desolados,al monasterio, el maestro hizo pasar al primer monje a su aposento y le pregunto
¿Que has aprendido de lo que os ha ocurrido?
Que no debo confiar en desconocidos, afirmo el
monje. Despues, paso el otro y,ante la misma
pregunta, respondio: He aprendido a esperar lo
inesperado. Al dia siguiente, el primero abandono
el monasterio para no volver mas, mientras que el
otro se quedo, porque habia realizado el aprendizaje correcto. Como le dijo el maestro.
Cuesta entender que no podemos controlarlo todo
porque nunca actuamos en funcion de lo que sucede, sino de lo que interpretamos o esperamos
que ocurra. Dejar espacio para lo imprevisto
requiere tener una mente abierta, algo que nos
ayudara a disfrutar mas de la vida y a ser mas
felices.
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