Un dia de verano habia una familia disfrutando de
una refrescante jornada playera en la costa.
Mientras los padres descansaban en sus hamacas, los niños se pusieron a construir castillos de arena
junto al agua.De repente,a lo lejos, aparecio la figura de una anciana,con ropas harapientas y una larga melena recogida en un moño,que iba musitando algo en voz muy baja mientras recogia
objetos que encontraba cerca de la orilla y los metia en una bolsa. Sorprendidos por la actitud de
aquella extraña mujer,los padres alertaron a sus tres hijos y les apremiaron para que se alejaran de
la orilla y regresaran a su lado. Algo asustados,
los pequeños asi lo hicieron.
Cuando la mujer paso junto a ellos, inclinandose
una y otra vez para coger lo que encontraba, le
dirigio una sonrisa a la familia. Pero ni los padres
ni los niños la devolvieron el saludo.
Dias mas tarde se enteraron de que aquella mujer
era una vecina del pueblo que llevaba toda su vida
limpiando la playa de plasticos y cristales,para que los niños no se lastimaran los pies.
Los padres se quedaron de piedra y se sintieron
fatal. Pero aprendieron algo, que nunca hay que
juzgar a la gente por su aspecto,porque el alma y
la generosidad de una persona no depende de la
ropa que lleve puesta
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