Un padre y su hijo trabajaban juntos en el campo.
Despues de una larga jornada, de vuelta hacia su
casa, el padre se sintio muy cansado y dijo:
"Hijo mio, si no te importa, vamos a descansar un
poco y luego seguimos caminando" Asi lo hicieron
Tan fatigado estaba el padre que se acosto en el
tronco de un arbol y enseguida se durmio. De repente, un tabano se paro en su cabeza dispuesto
a darse el gran banquete con su sangre. El hijo lo
vio y,no dispuesto a consentirlo, cogio una pesada
rama y la estrello con todas sus fuerzas contra el
tabano. El resultado fue obvio e inevitable: abrio
la cabeza de su padre,que se desperto sobresalta-
do y a punto estuvo de causarle la muerte.
Cuando pasadas unas semanas,el hombre finalmente se recupero de la enorme brecha, le
pregunto curioso a su hijo:
-Hijo,se que tu intencion era ayudarme pero ¿no
podrias haber ahuyentado al tabano de otra manera?
A lo que el hijo, sin dudarlo, repuso:
-No, padre, en absoluto. Se me podria haber escapado.
Esta historia nos enseña que las buenas intenciones son esenciales pero, eso si, siempre
tienen que ir acompañadas de un poco de sensatez
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