Un simpatico que vivio en el Medio Oriente hace casi mil años habia tomado prestada una olla de su
vecino. El tiempo pasaba y no devolvia la olla,por lo que el vecino llamo a su puerta.
-Maestro,si ya terminaste de usar la olla,¿Podria
llevarmela'?Mi esposa la necesita hoy mismo.
Al cabo de un rato, el maestro devolvio la olla y el
vecino se percato de que en su interior habia una ollita.
-¿Y esto que es?
-¡Felicidades, vecino! Tu olla dio a luz una ollita bebe-dijo.
El vecino encantado, tomo su olla y la ollita nueva y se fue a casa. U nas semanas despues, el maestro
pidio prestada la olla nuevamente. Y una vez mas se demoraba una eternidad en devolverla.
El vecino no tubo mas remedio que volver a pedirla
-¡Ah-se amento esta vez- Me temo que tu olla murio
-Maestro eso no es posible. Una olla no puede morir esclamo el incredulo vecino.
-Mi estimado amigo si aceptaste que puede dar a luz-¿por que no puedes creer que tambien puede morir?
Este cuente nos enseña que el ego cree lo increible
si ello le beneficia, pero se niega a aceptar lo que
vaya contra su lucro-
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