Veo la reverencia del mundo a los poderosos, y se que con voluntad y tiempo es posible acumular una gran fortuna. En vista de lo anterior consulte con mis dos mejores conserjes: el Corazon y la Conciencia.
El Corazon me dijo:¡No seas malo contigo, tus vecinos sentiran una gran envidia; los ladrones te acecharan y tus hijos, siguiendo tu ejemplo de codicia, esperaran con impaciencia tu muerte!
La Conciencia me expreso:¡ Quieres apoderarte del rio entero y basta para tu sed un jarro de agua¡ Si al llenar tus arcas dejas vacia tu alma,nada impedira que al final de tus dias recuerdes con amargura y dolor inmenso a los que despojaste por ambicion!
Asi me aconsejaron, igual casi los dos, como si fueran mensajeros que suplicantes anuncian el tremendo peligro de esta cruel tentacion.
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