En cierta ocasion. un anciano cayo accidentalmente en los rapidos de un caudaloso rio, dirigiendose irremediablemente a alta y peligrosa cascada. Varias personas observaron el accidente, pero no pudieron hacer nada por socorrerlo, y que agua era demasiado brava, asi que temieron el peor de los deseniaces,mas aun tratandose de un hombre tan mayor. Sin embargo, de repente,de forma milagrosa y para sorpresa de todos, el anciano aparecio vivo e ileso abajo, en el fondo de la cascada.
Al conseguir salir del rio, la gente, asombrada, se acerco a el y le pregunto:
-Buen hombre ¡menuda proeza! ¿Como lo ha hecho para salir vivo de ahi?
-¿Que como lo he hecho? Pues simplemente he decidido no luchar contra el agua, sino que me he acomodado a ella.
Me he dejado llevar sin oponer resistencia. Dejar fluir, de esta manera es como he sobrevivido.
Como ocurre en esta historia, en ocasiones no depende de nosotros lo que nos tiene deparado el destino, pero si la forma en la que lo afrontamos.
Por eso es importante adaptarse a las circunstancias y no intentar nadar a contracorriente.
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