Un maestro de gimnasia me ejercita, endureciendo mi cuello mi espalda, mis brazos y ordenandome ejercicios penosos."levanta este peso con las dos manos"me dice. Y cuanto mayor es el peso mas mis nervios se fortifican. Lo mismo es un hombre que me maltrata e injuria; me ejercita en la paciencia, en la clemencia, en la dulzura, ejercicio, por lo menos tan util como el primero. Epicteto.
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