En un sobre que se encontró entre sus efectos después de su muerte, el finado jefe de la comisión de energía atómica norteamericana, Gordon Dean, había escrito:
Lecciones:
1.Jamas perdamos nuestra capacidad, de entusiasmarnos.
2.Numca perdamos la de indignarnos.
3.Nunca juzguemos con apresuramiento a un hombre, pero, si es necesario hacerlo supongamos que es bueno o, cuando menos, que se encuentra en aquella zona nebulosa situada entre el bien y el mal.
4.Si no podemos ser generosos cuando es difícil serlo, tampoco lo seremos cuando sea fácil.
5.Lo que infunde mas confianza en si mismo es poder hacer algo bien, cualquier cosa que sea.
6.Cuando logremos esa confianza esforcémonos por ser humildes, pues tampoco entonces, seremos tan superiores a los demás.
7. Y la manera de hacerse uno realmente útil es buscar lo mejor que otros cerebros pueden ofrecer. Asimilemos sus enseñanzas, y reconozcamos sus méritos cuando nos hayan ayudado.
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