La disputa y la discordia
En aquellos días de la Edad de Oro, en la que los dioses caminaban sobre la tierra y se mezclaban con los hombres, ocurrió una vez que Heracles iba paseando a lo largo de un estrecho sendero, cuando, de repente, observo en el suelo un pequeño objeto que se parecía a una manzana.
Quiso aplastarlo, pero, cuando lo hizo, el objeto duplico su volumen. En vista de ello, Heracles lo piso mas violentamente aun y, por si esto no fuera suficiente, lo golpeo además con su bastón.
Entonces, el objeto, impasible frente a los golpes del semidiós, se fue hinchando cada vez mas hasta obstruir completamente el camino.
El héroe arrojo su bastón y se quedo allí, muy extrañado. Y así estaba, entre confuso y furioso, cuando se le apareció la diosa Atenea, que era muy sabia, y le dijo:
-Detente, hermano. Este objeto que has golpeado es el espíritu de la disputa y de la discordia. Si se le deja tranquilo permanece como estaba al principio pero si se le hace frente, se hincha cada vez mas.
Esta historia nos enseña que la disputa y la discordia son causa de grandes males a la humanidad, así que es mejor que nunca la estimules.
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