El porvenir de un hijo es siempre obra de su madre.
Ama a tu padre si es justo, y si no lo es sopórtalo.
Por severo que sea un padre juzgando a su hijo nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre.
Solo podemos aspirar a dejar dos legados a nuestros hijos, uno raíces y el otro alas.
Ahorrad lagrimas a vuestros hijos para que rieguen con ellas vuestra tumba.
Un hijo es una pregunta que le hacemos al destino.
Dirige tu casa y sabrás lo que cuesta la leña y el arroz, cría a tus hijos y sabrás cuanto debes a tus padres.
Jamás ha habido un niño tan adorable que la madre no quiera poner a dormir.
La paternidad se nos impone sin saber si estamos preparados.
Por eso hay tantos padres con hijos y tan pocos hijos con padres.
El niño reconoce a su madre por la sonrisa.
Cuando veas a alguien triste, sonriele.
La alegría despeja siempre la oscuridad
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