Existe una historia de una mujer en Inglaterra quien llego hasta su párroco con una conciencia atormentada. El párroco la conocía como una habitual chismosa, ella calumniaba a casi todo el mundo en el pueblo.
"¿Como puedo hacer para cambiar?". Suplico. El párroco replico: "Si usted quiere tener paz en su conciencia, tome un saco de plumas de ganso y ponga una en la entrada de cada casa de las personas que ha difamado."
Después de cumplir con el pedido, volvió al párroco y le pregunto:"¿eso es todo?" No", dijo el sabio anciano ministro. Ahora debe volver a recoger cada pluma y traérmelas a mi".
Luego de largo tiempo, la mujer volvió sin una sola pluma. "El viento las esparció a todas" dijo ella, "Buena mujer". Replico el párroco. Así es con los chismes. Las hirientes palabras se arrojan con facilidad, pero nunca podremos volver a recogerlas".
Billy Graham.
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