El amor conduce al gozo de la compañía. El simple placer engendra siempre soledad...Por ello, la única puerta de salida a la inquietud del alma es la creación de una "pequeña fraternidad", amar a tres o cuatro personas, ser querido por tres o cuatro amigos, luchar porque sean mas felices esos pocos que nos rodean en la casa, en el vecindario en la oficina, apretarnos en el calor como lo hacen los amigos en las noches de frio, reunirnos al fuego de las pocas certezas que nos quedan, aceptar que en los tiempos oscuros es mejor sonreír que gritar, descubrir que la peor carrera de armamentos es la que se produce en la fabrica interior de nuestro egoísmo. Confiar en que el amor crecerá. José Luis Martin Descalzo
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