Una muñeca de sal recorrió miles de kilómetros de tierra firme hasta que por fin, llego al mar. Quedo fascinada por aquella móvil y extraña masa inmensa de un color azul intenso, totalmente distinto de cuanto había visto hasta entonces.
Permaneció allí firme, largo tiempo con la boca abierta, hasta que se decidió y le pregunto: ¿Quién eres tu?" Con una sonrisa, el mar le respondió: "Si quieres saber quien soy entra y compruébalo por ti misma"
Y la muñeca se metió en el mar. Sin embargo sucedió que, a medida que se adentraba en el, iba disolviéndose poco a poco, hasta que apenas quedo nada de ella, Antes de que una ola disolviera el ultimo pedazo la muñeca exclamo asombrada "ahora ya se quien soy"
Esta preciosa narración budista nos enseña que al desaparecer nos encontramos y solo dentro de nosotros mismos hallaremos nuestra esencia. Solo cuando nos entregamos de verdad, cuando participamos de cada instante de la vida seremos vida y podremos comprender toda su inmensidad y belleza.
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