Todos culpan en otros lo que en ellos es culpable. Si no tuvieramos defectos, no nos complaceriamos tanto que notar los de los otros.
En vano nos fatigamos en buscar fuera de nosotros el reposo que no hallamos dentro de nosotros mismos. Nunca somos tan felices o infelices como imaginamos
No hay disfraz que pueda ocultar por largo tiempo el amor donde lo hay, o fingirlo donde no lo hay. No hay mad as que una especie amor, pero hay mil copias de el. El silencio es el partido mas seguro del que desconfia de si mismo.
Todos se quejan de su memoria y nadie de su juicio.
Gustan los viejos de dar buenos consejos para consolarse de no estar ya en estsdo de dar malos ejemplos,
Nada damos con tanta libertad como los consejos.
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