Sofon, famoso filosofo y profesor, tuvo muchos hijos y quiso educarlos sabiamente. Les habia prohibido juntarse con malos compañeros.
Un dia, una de sus hijas, de diecisiete años de edad se irrito porque su padre no le dio permiso para visitar a un amigo, cuya compañia le habia prohibido. -Tu me crees una niña- exclamo ella-, si piensas que esta visita me va hacer daño. Sofon no dijo nada, pero fue y cogio de la cocina un carbon apagado y se lo entrego a la hija.
-Cogelo--le dijo que no te quemaras.
Cogio ella el carbon y, en efecto, no le quemo pues el carbon ya estaba apagado, pero su mano se mancho, y mucho y tambien sus vestidos y todo cuanto toco. Ella lo arrojo al
momento.
-¿Lo ves?-observo su padre-Aunque el carbon no te queme no puede menos de mancharte.
Lo mismo pasa con las malas compañias.
(J. P. Schefer )
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