Habia una vez un principe cuyo padre se esforzaba por concederle todos sus caprichos. Un dia, se le metio en la cabeza que queria tener monos que pudieran bailar y entretener cuando el lo ordenara, y el rey, como de costumbre no dudo en satisfacer sus deseos. El principe decidio celebrar una fiesta para mostrar las habilidades de los animales a los que enseño a bailar para la ocasion y vistio con ropa ostentosa. Pero cuando uno de los bairarines les lanzo unas nueces, se abalanzaron sobre ellas desprendiendose de las ropas y volviendo a actuar como los primates que eran avergonzando al principe.
Era de esperar, dijeron los invitados con desden, pues por mas que les enseñe no pueden dejar atras sus instintos.
Esta historia nos enseña que no puedes cambiar la naturaleza de otras personas, haciendo que vistan o se comporten diferente porque en el fondo siempre seran las mismas.
Aprende a aceptar y a tolerar a los demas, como son, en lugar de querer de que canbien por ti.
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